Historias

Clérigo presbítero y abogado de los Reales Consejos, nació en Santa Cruz de La Palma el 9 de mayo de 1634, hijo de Jacques de Brier, capitán de a caballo en las Milicias de La Palma, originario de Amberes, y de Luisa de Monteverde. Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca, graduado en la Facultad de Cánones, recibió todas las órdenes sagradas de manos del obispo de Canarias fray Juan de Toledo a título de patrimonio de 1.000 ducados señalado por su madre el 12 de diciembre de 1659 ante Tomás González de Escobar, escribano público. Fue visitador general de La Palma, juez de cuatro causas y vicario de la Isla (21 de enero de 1666). Llevó una meritoria labor al frente de uno de los beneficios de la parroquial de El Salvador de quien dejó dicho su contemporáneo y cronista eclesiástico Juan Pinto de Guisla, se trataba de un personaje de “relevante capacidad y conocidas prendas”. Perpetuó su memoria como uno de los señores que promovieron la devoción a la Virgen de las Nieves en la celebración quinquenal que se denominó posteriormente La Bajada de la Virgen. Cooperó en tal fundación, que había de celebrarse en el mes de febrero, en la octava de Nuestra Señora de Candelaria, con el compromiso de costear de su propio caudal uno de los días de estancia de la imagen en la ciudad, compromiso éste que ratificó en cabeza de uno de sus herederos mediante vínculo de bienes que instituyó sobre las casas de su habitación situadas en el barrio de Jorós (actual Díaz Pimienta), sin posibilidad de traspaso o redención. Así consta en una de las clausulas de su testamento que otorgó cerrado el 18 de marzo de 1710, protocolizado ante Antonio Vázquez, escribano público, el 4 de marzo de 1723. Falleció en la localidad de su nacimiento el 13 de abril de 1710.